Un video íntimo de una boxeadora reconocida. Un video dónde
un grupo de adolescentes matan a un perro. Un grupo de personas que hostigan
hasta la muerte a uno de estos adolescentes. Un sinfín de opiniones vacías,
desinformadas y antisemitas. Comentarios de odio que llaman a la violencia.
Acusaciones totalmente infundadas de corrupción. Impunidad.
Imagen difundida a través de Facebook el pasado 12 de noviembre (distorsionada por 180)
Desde su creación, reina la impunidad en Internet. La regulación de contenidos por el medio que más ha crecido a nivel local y mundial en los últimos tiempos es siempre escasa o nula. Cada quién sube a Internet lo que quiere, escribe en Internet lo que piensa (aunque no piense en lo que escribe), descarga de Internet lo que quiere, comenta, comparte, publica. Y a veces, sólo a veces, los daños que causa esa gama de posibilidades y libertades que todos tenemos en el mundo de Internet, son terribles, destruyen la vida, la imagen, la reputación de los dañados y deja impune a los "dañadores".
Desde su creación, reina la impunidad en Internet. La regulación de contenidos por el medio que más ha crecido a nivel local y mundial en los últimos tiempos es siempre escasa o nula. Cada quién sube a Internet lo que quiere, escribe en Internet lo que piensa (aunque no piense en lo que escribe), descarga de Internet lo que quiere, comenta, comparte, publica. Y a veces, sólo a veces, los daños que causa esa gama de posibilidades y libertades que todos tenemos en el mundo de Internet, son terribles, destruyen la vida, la imagen, la reputación de los dañados y deja impune a los "dañadores".
¿Qué hacemos entonces? Algunos creen en la necesidad de
regular y tienen buenos argumentos para hacerlo. El periodista de la Diaria Marcelo Pereira escribió en su
columna* a favor de una regulación internacional de los contenidos de Internet,
aunque advirtió que “habrá quienes aleguen, desde un liberalismo bobo, que lo
mejor o lo menos malo es la ausencia de regulaciones”. No es el único que
piensa así, y frente a hechos como la filtración del video de la famosa boxeadora
o el hostigamiento y los llamados a la muerte de un adolescente, es natural que
uno piense que hay que regular de alguna manera esta situación, así como está,
Internet es tanto sinónimo de libertad como de impunidad.
Pero la regulación, como señalaba con mucha claridad Pereira
en su columna, debe darse a nivel internacional, pues como sabemos, Internet no
conoce de fronteras. Y allí es dónde comienzan los baches y los problemas. Una
regulación a nivel internacional, según la experiencia acumulada en toda la
historia de la humanidad, será injusta, inequitativa, autoritaria, de mediano
alcance y para nosotros, en general terrible. No es (solamente) mi opinión, es
un breve repaso de los mecanismos en los que se instaló toda la legislación
internacional.
Además, en temas como el daño a la imagen, la injuria, la
libertad de expresión y la violencia, es imposible que las distintas sociedades
y pueblos que habitan la tierra nos pongamos de acuerdo. Una caricatura de
Mahoma compartida en mi perfil de Facebook, se reduce a un (mal) chiste en Occidente,
pero en algunos países puede ser un terrible crimen que me depare años de cárcel
o hasta penas más severas. ¿Quién será el juez que diga si soy o no culpable
por difamar la imagen de Mahoma? ¿Será un juez ateo, uno judío, uno cristiano o
uno musulmán? Pensar en una regulación
internacional justa, o al menos mejor que la actual falta de regulación, es
iluso, tal vez bobo.
En Internet existen medios de comunicación, existen personas
identificables y existen anónimos (algo más difíciles de identificar). En las
redes sociales (Facebook, Twitter, Google+, Linkedin, Youtube) hay perfiles de
usuarios, que pueden ser organizaciones, pueden ser individuos, pueden ser
empresas. No todo es lo mismo. No podemos hablar de redes sociales a la ligera,
ni considerar a las redes sociales, medios de comunicación comparables a la televisión, la radio o la prensa escrita. Hay cosas en las redes sociales que
son públicas, hay cosas que sólo son compartidas en grupos, y hay cosas que son
privadas. No cualquiera puede leer lo que yo escribo en mi perfil de Facebook,
no cualquiera puede ver las fotos que publico. En Internet, y sobre todo en las
redes sociales hay matices. Permítanme ser escéptico, pero llevo años metido en esas
redes sociales, y creo que no hay juez en este país que pueda entender
mínimamente cómo funcionan, cómo mutan y se transforman, y cuales son los límites
de cada una de las redes. Legislar y juzgar sobre algo tan dinámico como las redes
sociales, es casi una utopía.
Repito la pregunta. ¿Qué hacemos entonces? ¿Nos asumimos
como personas que somos medios de comunicación unipersonales? Creo que la
respuesta podría estar (cuando no) en la educación. Hoy es más útil y necesario
enseñar en las escuelas el funcionamiento de las distintas redes sociales, que
muchas cosas que se enseñan, más si le damos a cada niño una computadora.
Enseñarles su uso es enseñarles a ser responsables. No olviden de que quienes
vimos nacer y crecer a las redes sociales, estamos todos grandes y eso nos
puede nublar un poco el juicio, buscando sin suerte soluciones para los
problemas de hoy y de mañana en el ayer.
Tal vez, con una buena apuesta educativa,
logremos que los usuarios de redes sociales del mañana, sean un poco más
responsables a la hora de dar una opinión, de compartir un contenido o de dar
un “me gusta”. Tal vez mediante un intento de regulación, lo único que
lograremos es dañar una de las mejores cosas que ha construido el ser humano en
los últimos siglos.
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/11/22/actualidad/1353599720_847000.html
ResponderEliminarCreo que viene al caso. Otro interesante ejemplo.
"Abogados consultados por el diario londinense creen que incluso el mero hecho de rebotar un tuit con información potencialmente difamatoria puede constituir en si mismo un delito de difamación de acuerdo con la legislación de Reino Unido".
A veces creemos que eso que se llama "regulación" viene dado únicamente por leyes, jueces y cortes. Hay regulación también en el control social, en las costumbres, en los significados que intercambios constantemente (y cada vez más rápida y ampliamente en las propias redes sociales). Y en eso se incide con diálogo, negociación intersubjetiva. No sé si con "educación" a nivel de sistema, pero sí con aprendizaje social.
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