El Partido Colorado y el Partido Nacional se unen en lo que
podría ser el desafío más grande para el Frente Amplio en la próxima tanda de
elecciones.
Está Jorge Gandini, de Alianza Nacional por el Partido
Nacional, y está Ney Castillo, por el Partido Colorado. Pero no están solos.
Está Luis Lacalle Pou, precandidato a la presidencia por el Partido Nacional,
quien ya adelantó que no descarta sumar un candidato de su agrado a la Intendencia de
Montevideo, y está el tercer candidato “independiente” que aún no
tiene nombre ni rostro, pero que está ahí.
Se ha señalado que la unión bajo un mismo lema de colorados
y blancos en Montevideo podría ser el principio de una unión que trascendería
las fronteras departamentales y las diferencias históricas y llevaría al país a
un nuevo bipartidismo, esta vez entre la coalición de izquierda dada a conocer
como Frente Amplio y la de derecha, bautizada como Concertación.
Quienes apuestan porque este sea el primer paso real hacia
la fusión de los dos viejos partidos tradicionales tienen razones para
hacerlo. Ya se han alzado voces dentro de ambos partidos que dejan la puerta
abierta para repetir la alianza en otros departamentos en los que el Frente Amplio
es fuerte, como Maldonado y Canelones.
Sin embargo, el propio precandidato a la presidencia por el
Partido Colorado, Pedro Bordaberry, aseguró hace pocos días que "lo mejor que le puede pasar a Uruguay es que no haya bipartidismo", dejando claro que la
alianza con los blancos en Montevideo no es más que un mero intento para
alcanzar el poder y no envuelve una intención clara de trabajar en conjunto.
Entonces, todo se pone un poco triste y nos devela que lo
único que se busca es juntar votos. Se nos presentan
candidatos y posibles candidatos sin saber todavía sobre un programa, cómo se
conformaría un equipo de gobierno, qué propuestas primarían sobre otras.
¿Qué papel tendrá el Partido Nacional en el gobierno departamental si Ney Castillo es elegido intendente? ¿Cómo se repartirán los cargos en caso de que gane el tercer candidato “independiente”? ¿Qué propuestas o programas se van a realizar?, ¿los que propone Gandini o los que aún no propone Ney Castillo? Si voto por el tercer candidato independiente, pero sale electo Gandini, ¿que tanto valió mi voto? Son todas preguntas que no tienen respuesta. Las respuestas no interesan. Interesan los votos. Una vez que lleguemos al sillón, vemos qué hacemos con él.
En una deliciosa columna de opinión en el diario El País la
ex senadora y ex primera dama María Julia Julita
Pou alaba la iniciativa de crear la Concertación en Montevideo y asegura que “está
claro que la Concertación no es patrimonio
de nadie sino un generoso y amplio proyecto que convoca a los montevideanos de
todos los rumbos con un fin muy claro: tener un gobierno mejor, nos lo
merecemos y pagamos por él”. Esto deja en evidencia que ni ella tiene claro quién
será responsable en un imaginario gobierno de la Concertación. También señala que “las tareas típicas de la comuna” son la limpieza, la
iluminación de las calles y el cuidado de las veredas en los barrios (en este
último punto me perdí, porque creí que el cuidado de la vereda dependía de cada
vecino y no del gobierno municipal, pero bueno...). La columna toda es una
explicación bastante fallida de por qué es bueno arrebatarle el poder al Frente
Amplio; no habla de ideas, ni de propuestas y mucho menos explica cómo se
organizaría un eventual gobierno de dos partidos.
Y ese es el mayor inconveniente de la Concertación y la
principal razón por la cual la ciudadanía de Montevideo terminaría no
apoyándola. La Concertación se crea para quitar el poder a alguien, se crea
solo para desalojar a alguien. Sin ideas, sin nadie que nos cuente a los
montevideanos cómo se piensa gobernar. Tanto el Partido Nacional como el
Partido Colorado piensan en el rédito político que les puede dar el acceso a la
Intendencia de Montevideo pero ninguno parece muy preocupado por lo que va a
hacer una vez que llegue allí.
El Partido Nacional sueña con ser el que mande en la capital
desde el inicio de los tiempos. Sus últimos candidatos, Javier García y Analía
Piñeyrúa fracasaron en generar empatía con el montevideano y tuvieron éxito en
demostrar qué poco preparados estaban para hacerse cargo de la intendencia más
populosa del país. Gandini hasta ahora no ha logrado despegarse de esas
características.
El Partido Colorado hoy prácticamente resumido a Vamos
Uruguay, que a su vez está prácticamente resumido a Pedro Bordaberry, tiende
redes en un principio mucho más inteligentes. En las elecciones municipales
pasadas, si bien el Partido Colorado quedó en tercera posición, su candidato
Ney Castillo fue el segundo más votado, superando a las dos propuestas del
Partido Nacional.
Y luego está el tercer candidato “independiente”, que aún no
se sabe quién será y es el que más miedo me da. Me los imagino reunidos,
buscando al candidato como si fuera un eslogan o un producto más, con
determinadas características, que arrime los votos que ni Ney ni Gandini pueden
arrimar, y tiemblo. Veo que nos van a querer convencer de nuevo de que Hugo de
León puede ser un gran vicepresidente de la República (recordemos que ya
tentaron a Sebastián Bauzá, el presidente de la AUF, quien amablemente rechazó
la generosa oferta) y tiemblo.
El evidente deseo de poder por el poder mismo es lo que va
a terminar alejando a la ciudadanía montevideana de la Concertación. Saber que
te están pidiendo tu voto solo para llegar, solo para sacar al Frente Amplio de
su principal reducto, pero sin nada a cambio, te hace sentir medio boludo. Como
cuando los otros dijeron lo de la “heladera”. Y si hay algo que todos deberían
tener claro a esta altura es que a la ciudadanía (lo sea o no) no le gusta que
le hagan sentirse boluda.
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