La derecha y su (nuevo) intento de
colonizar las redes sociales en América Latina.
En pocas horas llega a Uruguay Gloria
Álvarez, una joven guatemalteca que en los últimos meses se ha
hecho relativamente conocida por una presentación subida a Youtube y
una charla que ella misma ha denominado “Populismo vs República”
y que imparte en cualquier parte de América Latina a la que se la
invite.
Esta joven llega a nuestro país
invitada y promovida por militantes de Lacalle Pou y pertenece a la
organización liberal y de derecha “Iberoamérica Líder” que
este año ha inventado un “Parlamento Iberoamericano de la
Juventud” dónde Álvarez pudo filmar su video y también sacarse
fotos con el ex presente Lacalle (padre).
El discurso ha sido descrito por varios
medios digitales como un éxito en las redes sociales (aunque sus
reproducciones son apenas la mitad de las que tiene, por ejemplo el
discurso de Mujica en Río +20), a la vez que se resalta la profesión
de politóloga de Álvarez y su matriz joven y moderna. El video en
YouTube dura apenas 12 minutos y es al menos, interesante.
La joven afirma entre otras cosas que
tenemos “líderes corruptos” en Amércia Latina, habla de
generalidades, no define claramente lo que es y lo que no es
populismo y apenas se atreve a poner dos ejemplos claros: Cuba y
Venezuela, además, claro esta, de su querida Guatemala.
Álvarez propone “desmantelar el
populismo” y asegura que los hay de izquierda y de derecha y que
son todos igual de malos.
¿Por qué? Según la politóloga, el
populismo, por definición avanza sobre la institucionalidad,
multiplicando la corrupción estatal (sin emabrgo, nunca habla del régimen mexicano por ejemplo, o del colombiano). Además asegura que “el
populismo ama tanto a los pobres que los multiplica” pasándose por
alto todas las cifras de pobreza que se han visto reducidas sustancialmente en países como Venezuela o Ecuador (ambos son los
que han reducido más la pobreza desde 1999 a la fecha).
¿Cómo? La propuesta de Álvarez es
desmantelar el populismo mediante la tecnología. Según ella, las
redes sociales son una plataforma única para poder señalar los
problemas del populismo y luego derribarlo. No aclara de todas
maneras que en Guatemala, su país, sólo 2 de cada 10 personas
acceden a Internet, y no cuesta mucho imaginar qué características
tienen esas 2 personas, en un país con muchas
necesidades básicas insatisfechas para el grueso de la población.
En pocas palabras, lo que nos está
proponiendo Álvarez es que las minorías dominantes tomen control de
las redes sociales para promover la caída de los gobiernos que ella
considera populistas.
Bases. En el centro de las ideas que
plantea Álvarez esta su reducción de los derechos inalienables del
ser humano a una lista de tres: la vida, la libertad y, no podía
faltar, la propiedad privada. No pone en el mismo escalón a la
igualdad, por nombrar solamente uno de los derechos humanos que
omite.
También en el centro de sus ideas está
el (permítanme el adjetivo) fantástico “Manual del joven guatemalteco para salir de pobre”. En este manual en el que Álvarez
indica los pasos a seguir por un jóven pobre para que abandone la
pobreza, se pueden leer cosas como “dejá de esperar sentado a que
el MINEDUC ponga una escuela en tu barrio o a que el IGSS (Instituto Guatemalteco para la Seguridad Social) te cure.
Sal a buscar tus propios medios y edúcate y curate por tu cuenta”.
También señala que Internet es la
solución porque “no hay nada que te impida educarte por internet.
Hay un café internet (cyber café o locutorio) cerca de ti que te
puede enseñar inglés, mecánica, ingeniería, arte, historia,
ciencia, literatura, física, química, alemán, francés, chino,
cocina, manualidades, y cualquier oficio que quieras poner en
práctica aún si naciste en una familia de analfabetas”.
Internet. Este discurso parece ser una nueva
actualización de las formas de la derecha para alcanzar o sostener
el poder. En este caso, una forma joven, agradable, liviana y que pone a la tecnología en el centro del asunto.
No es el único caso. La tecnología y
sobre todo Internet parecen destinados a ser el nuevo mayor escenario
de confrontación ideológica. Basta observar cómo con un buen
manejo de las redes sociales se ha contribuido a la caída de
gobiernos como el de Egipto, Túnez o Ucrania.
La política está avanzando, muchas
veces de forma muy lenta, sobre Internet y sobre las redes sociales.
Esta joven que llega al Uruguay a contarte cómo los gobiernos de
izquierda le hacen mal al continente, llega porque tiene un video en
Youtube con “muchas” reproducciones y cuenta con miles de
seguidores en Facebook y Twitter.
Internet valida personas y discursos.
También puede ser una herramienta que genere un verdadero cambio en
los sistemas políticos (véase por ejemplo el Partido de la Red en
Argentina o el más serio Podemos en España), pero para la derecha
liberal, en este caso, parece ser otra forma más de disfrazar a la
mona.
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