Lográs escaparte de la ciudad y disfrutás de un día o dos en la playa. Te tirás al agua, te ponés a hacer la plancha. Tus oídos quedan sumergidos, tus ojos no. Escuchas tu propia respiración. Tus ojos ven el cielo azul y si tenés un poco de suerte, alguna nube lo decora. Todo el momento dura apenas unos segundos. No sos un gran atleta acuático y además las olas la complican. Unos segundos. Lo suficiente para estar contigo mismo en un momento de total intimidad y sin preocupaciones mayores. Ojalá hubiera más momentos como ese.
Un tipo se clava con 18 gatitos recién
nacidos. ¿Qué hace? Los podés meter en una bolsa negra de basura y
al agua, rápido, para que no sufran. También, si la sangre fría no
te da para ejecutarlos, podés dejarlos librados a sus suerte en
algún contenedor de basura, o en algún parque. El tipo decide que
va a buscarles un hogar a cada uno. Empieza a buscar, pasan las
semanas, campaña en Facebook, campaña en Twitter, pedís tu gato y
te lo lleva a cualquier lado. Pasan dos meses, y entrega el último.
¿Debe sentirse bien no? Nunca más, eso si, pero qué bien se debe
sentir.
Algunos eligen ver una cosa. Otros
otra. Yo cuando voy en ómnibus por 18 de Julio intento siempre
sentarme en la ventanilla. A veces mirar el celular esta bueno, pero
otras veces, mirar para arriba esta mucho mejor. ¿Tenés buena
música sonando en los auriculares? Excelente. Mirá esos edificios
que van quedando al descubierto a medida que las horribles
marquesinas van siendo sustituidas. Esta bueno, haceme caso en esta.
Hay muchos edificios recién pintados, restaurados, pidiendo que
levantes la vista para disfrutarlos. Cuando querés acordar, ya estás
en Plaza Independencia.
Picás unos dientes de ajo, cebolla,
morrón, alguna verdura más para sentirte sano. Condimentas una
carne. Ponés a hervir agua para la pasta. Acompañás la cocina con
una copita de vino rico o con un vasito de cerveza helada, o con lo que quieras. Inventás una
salsa. A veces te emocionás y sale muy mal, otras veces sin querer la embocás y sacás tremendo plato. Atrás, allá de fondo, la tele
esta apagada y la música acompaña, aunque sea desde los tristes parlantes de la
computadora.
Un sobrino preguntando porqué los
cines no son todos al aire libre, un amigo matándose de la risa, una
panza que crece, una mamá limpiando la casa porque vienen visitas,
un almacenero tomándose todo el tiempo del mundo para atender, un
perro que le tiene miedo a una melodía, un gol, una compañera de trabajo
que te tira buena onda a pesar de estar en un mal día, un capítulo de una serie mirado recostado en la persona correcta, un tweet que
te hace reír, una voz en la radio que te hace pensar, un asado, un
asado con amigos, con la parrilla que explota y la heladera también.
Supongo que se vienen los treinta en
breve y uno puede que se ponga paloma, sensiblero, medio fantasma.
Podría también llenar este blog de cosas horribles. Las malas
noticias siempre están llegando. Podría escribir el mismo tipo de
artículo de blog siempre. Pero no. Hoy no pintó. A veces esta bueno
ver. Prestar atención. Observar, reflexionar, pensar un poco sobre
lo que nos hace bien. Tenerlo claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario