Hace unos días la Cámara de Turismo anunció que el Poder
Ejecutivo no realizará el habitual cambio de hora entre octubre y marzo, que se realiza desde 2006.
Lo anunció a los medios un empresario, presidente de la
Cámara de Turismo, y luego lo confirmaron las autoridades del Ministerio de
Turismo.
El horario de verano no se definió para favorecer o afectar
al sector turístico, pero, sin embargo, la decisión del gobierno de Vázquez se
basa en las presiones que desde hace años ese sector empresarial está realizando. Hasta ahora no escuchamos a la ministra de Industria ni a las
autoridades de UTE hablar de esta decisión de Vázquez (ver actualización al pie).
La decisión, que explicó muy vagamente tanto el
empresario del turismo devenido vocero del Consejo de Ministros como las
autoridades de la cartera de Turismo, se basaría en que es mucho más lo que
pierde el sector gastronómico en temporada (aseguran que debido a las pocas
horas de oscuridad, sólo pueden hacer un turno de cocina en los restaurantes, y
no dos, como solían hacer) que lo que gana el país en ahorro energético.
La argumentación, asumo, es tan escueta para evitar revelar
la total falta de fundamentos. Al final uno hubiera preferido que le digan: “la
verdad es que queremos hacerles un favor más a los amigos empresarios del sector
gastronómico”. Mucho más claro y, sobre todo, honesto.
Comparando incomparables
El razonamiento de que se gana menos con el horario de
verano que sin él hace agua por todos lados.
El ahorro de UTE es un ahorro de todos los uruguayos, impacta en los resultados financieros de una empresa de todos los uruguayos, en la eficiencia energética de todo el país y en el medio ambiente.
La ganancia que puede llegar a generar un regreso al horario
de invierno será para algunos empresarios. Sí, de manera indirecta, y si
queremos ser optimistas, esos ingresos traerán más pago de impuestos y, por ende, una retribución mayor. Si somos ilusos también podemos creer que los sueldos
de los trabajadores de los restaurantes de la costa se duplicarán o aumentarán
sustancialmente y que las propinas serán mayores.
Sería interesante que la DGI y el BPS nos cuenten, pasada la
temporada, cómo aumentaron sus arcas por el aumento de ingresos por impuestos y
aportes en el sector gastronómico. Lamentablemente, esto no va a pasar. También
sería interesante que los empresarios gastronómicos nos cuenten exactamente
cuánto ganaron en las temporadas pasadas y cuánto ganarán en la próxima, con
números bien transparentes. Pero, lamentablemente, eso tampoco va a pasar.
Así que, básicamente, lo que nos piden estos empresarios y el
gobierno que los apoya es que creamos en ellos ciegamente. Un golazo. Al mismo
tiempo, comparan lo incomparable: la plata que van a hacer algunos con el
impacto ambiental y la eficiencia energética de todo el país.
Con pala
En 2006 se realizó el cambio de hora de verano por primera
vez y en 2007 (primera temporada en la que rigió el horario de verano) el
turismo alcanzó la cifra récord (hasta ese momento) por ingresos de cerca de 800
millones de dólares.
Un año después, en 2008, las cifras del turismo volvieron a
alcanzar un récord y el gasto de cada turista por día alcanzó los 71 dólares
promedio. El año pasado el gasto de los turistas en promedio por día, según el
propio Ministerio de Turismo, fue de 104 dólares.
En pocas palabras, los ingresos del sector turístico han
mejorado sustancialmente (con años mejores y peores, pero siempre por encima de
lo que ganaban antes del cambio de horario) desde que se aprobó el cambio de
horario de verano. Entonces, ¿a dónde va a parar ese aumento del consumo?
Basta ver los precios en los restaurantes de la costa los
primeros días de enero para dilucidar a dónde fue a parar gran parte de esos
ingresos: a los mismos “empresarios gastronómicos” que lloran para levantar más dinero en verano. Las otras partes de ese aumento de los
ingresos son difíciles de rastrear y también de cuantificar. ¿Supermercados?
¿Locales y vendedores en las playas? ¿Los mismos restaurantes pero en horas del
almuerzo? Tal vez esté divagando. Pero estoy usando las mismas herramientas de
razonamiento que usa la Cámara de Turismo y ahora también el Ministerio.
Decisiones Políticas
La medida de suspender el cambio de hora de verano, propuesta
hace años por el senador Pedro Bordaberry, hoy parece encontrar eco en la
ministra de Turismo, Liliam Kechichián, y
en el presidente Vázquez. Además, a diferencia de lo sucedido en años
anteriores cuando Ramón Méndez estaba al frente de la Dirección Nacional de
Energía del Ministerio de Industria, las voces de ese ministerio y de la UTE
parecen no pesar tanto en el gabinete.
Años nos estuvieron hablando de los millones ahorrados en energía, de la importancia de reducir los impactos negativos en el medio ambiente y de la eficiencia energética en un mundo en el que los
recursos naturales son realmente variables año a año, y ahora unos cuantos
intereses empresariales tienen más peso.
Europeos, chilenos, australianos, brasileños,
estadounidenses, la gran mayoría de los países que tienen aproximadamente las
mismas horas de sol que nosotros recurren al cambio de hora en verano.
Estamos hablando de los lugares que reciben más turismo a nivel mundial y sacan
de este el mayor provecho.
Las excusas que puedan darnos desde el Poder Ejecutivo, si
es que se molestan en darlas, no sirven para nada, son contradictorias con el
relato construido en los últimos 10 años (a nivel nacional e internacional) y
sólo ocultan una clara intención de favorecer a unos pocos en detrimento de
muchos.
Cuando en tus dos semanas de licencia tengas que subir de la
playa más temprano porque el sol ya se fue, no te enojes, pensá que vas a poder
elegir entre dos turnos de un restaurante atestado de gente para comer un
chivito y una coca a 700 pesos. Uruguay Natural le dicen.
Actualización:
Las autoridades de UTE explicaron, que, como el ahorro del verano pasado no fue tan grande (casi un millón de dólares), debido a que la mayor parte de la energía se generó en base a energía hidráulica no vale la pena cambiar el horario para asegurar ese ahorro en la próxima temporada.
Al parecer, inteligencia de UTE sabe con certeza que este verano vamos a tener las mismas reservas hidráulicas que en la temporada pasada. Esperemos que no se equivoquen.
Actualización:
Las autoridades de UTE explicaron, que, como el ahorro del verano pasado no fue tan grande (casi un millón de dólares), debido a que la mayor parte de la energía se generó en base a energía hidráulica no vale la pena cambiar el horario para asegurar ese ahorro en la próxima temporada.
Al parecer, inteligencia de UTE sabe con certeza que este verano vamos a tener las mismas reservas hidráulicas que en la temporada pasada. Esperemos que no se equivoquen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario